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Cómo crear una rutina

Una de las principales formas de crear estabilidad en tu vida es desarrollar una rutina. Encontrar la rutina diaria adecuada lleva tiempo, ya que hay que experimentar y averiguar qué funciona mejor para cada uno. Si estás en la universidad y al mismo tiempo debes trabajar, te recomendamos la modalidad ejecutiva, que es más conveniente para gestionar tus tiempos. Además, tu rutina no estará tan saturada y tendrás tiempo para lo demás.

El enfoque principal es tener una prioridad principal en torno a la cual construir tu horario. Afortunadamente, en el mundo híbrido de hoy en día, puedes tener más control sobre tu rutina que nunca.

 

Cómo crear una rutina diaria

Anótalo todo

Comience por anotar todas las tareas, tanto personales como profesionales, que desea realizar durante una semana normal. Intente hacer una lluvia de ideas en lugar de editarlas u organizarlas. Recuerda incluir tareas que realizas de forma intermitente, como cambiar las sábanas de la cama o cortar el césped, y tareas cotidianas, como preparar el desayuno o fregar los platos.

 Identifica las prioridades

Una vez que tenga su lista, revísela e identifique las prioridades diarias. Utiliza un rotulador fluorescente para organizar visualmente tus deseos y necesidades en categorías de trabajo y personales. Por ejemplo, resalte en azul las necesidades laborales diarias, como responder correos electrónicos o devolver llamadas telefónicas, y en verde los deseos personales, como leer un libro por placer o salir a tomar un café con un amigo. Haz esto para tu lista completa de tareas.

Anota la frecuencia

Revisa su lista resaltada y marca la frecuencia con la que desea o necesita completar sus tareas. Escribe este número al lado de cada tarea. Por ejemplo, escribe un “7” junto a “preparar el desayuno”, ya que piensas hacerlo todos los días. Escribe un “1” junto a “cambiar las sábanas”, ya que sueles realizar esa tarea una vez a la semana.

Agrupa tareas similares

Determina si hay tareas similares que puedas agrupar para ser más eficiente. Por ejemplo, si en su lista de tareas diarias figuran “fregar los platos” y “limpiar las superficies”, considera la posibilidad de hacerlas juntas o una justo después de la otra, ya que requieren algunos de los mismos suministros y tienen lugar en la misma zona de la casa. Categorizar las tareas también puede hacer que te resulte más fácil completar cada punto de la lista de comprobación.

Haz una tabla semanal

Crea, compra o imprime una tabla semanal. Empieza a rellenarlo con las necesidades personales y laborales diarias y semanales. Identifica dónde tiene sentido completar las tareas que se repiten semanalmente para mantener su agenda lo más abierta posible. Por ejemplo, si los lunes sólo tienes cuatro tareas prioritarias, considera la posibilidad de añadir una tarea semanal, como cortar el césped, en lugar de hacerlo los sábados, cuando tienes seis tareas prioritarias que completar.

 Optimiza sus tareas

Revisa tu rutina semanal y determina si hay áreas o tareas que puedas simplificar u optimizar para ahorrar tiempo. Por ejemplo, si tradicionalmente vas al supermercado los domingos, pero eso no te deja tiempo para gestionar otras tareas ese día, considera la posibilidad de contratar un servicio de entrega de comestibles o de trasladar la tarea a un día entre semana. Haz lo mismo con los días que te parezcan especialmente cargados de actividades.

Ordena las tareas

Una vez que hayas optimizado tu horario semanal, crea un horario flexible para las tareas de cada día. Considera la posibilidad de bloquear tiempos, como “mañana”, “mediodía”, “tarde” y “noche”, en lugar de un plan hora por hora. De este modo, si una tarea te lleva más tiempo del previsto o tienes que atender una urgencia, podrás mantener tu horario.

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